No es de sorprender que el segundo largometraje de Athina Rachel Tsangari haya sido seleccionado para participar en numerosos festivales, incluido el de Venecia. La directora griega ha logrado hacer un retrato de la naturaleza humana de manera cautivante y totalmente inesperada.
Una pared blanca de fondo. Dos chicas jóvenes se miran a los ojos frente a frente. La de pelo chino abre la boca y saca la lengua. La de pelo lacio se acerca y coloca su lengua sobre la de su compañera. Intercambian saliva. La de pelo chino quita su boca con asco. La otra trata de insertar su lengua nuevamente. Comienza una pelea de escupitajos que culmina en un forcejeo entre dos felinas. Salen de la escena gateando.
‘Attenberg’ recibe su título de la mala pronunciación del nombre de Sir David Attenborough, uno de divulgadores naturalistas más reconocidos de la televisión. Para Marina (Ariane Labed), una joven asexual de 23 años, los documentales de Attenberg son más interesantes que la realidad misma. Con un tono sobrio, minimalista y curiosamente bizarro, la directora Athina Tsangari nos retrata la cotidianidad de Marina; solitaria, monótona pero impregnada de excentricidades y rituales lúdicos.
La protagonista explora de manera cuasi-científica las relaciones que lleva con su papá (Vangelis Mourikis) (un enfermo terminal), con su mejor (y única) amiga Bella (Evangelina Randou) y con un joven ingeniero (Yorgos Lanthimos) con quien decide explorar su sexualidad. Todo esto sobre un escenario decadente de la post- modernidad griega.
En su intento por comprender el carácter humano y, más aún, por comprender su propio carácter, Marina revela su inocencia y peculiaridad. A lo largo del film la vemos haciendo reflexiones inapropiadas (le pregunta a su papá que si la imagina desnuda), escupiendo por la ventana hacia una ciudad teñida de humo, haciendo coreografías mientras camina junto a Bella e imitando a los animales de Attenborough cada que puede. Al yuxtaponer estas actitudes con la amargura de las circunstancias, la directora le da a un giro cómico a ‘Attenberg’ y hace de ella una película lenta pero a la vez muy llevadera. Asimismo, la estructuración en pequeños episodios y la música pegajosa ayudan a que ‘Attenberg’ sea una propuesta fresca y extrañamente relevante para la juventud actual.
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